Última actualización: 11 de junio de 2025
Más allá de sus playas soleadas, Almería guarda un secreto bien protegido: sus montañas. La sierra de Almería surge entre el desierto y el mar, cubierta de pinos, encinas y almendros, salpicada por pueblos blancos llenos de historia, tranquilidad y sabor auténtico. Si buscas una escapada diferente, con rutas escénicas por valles de ensueño y sensación de libertad, esta guía es para ti.
1. Bédar y la Sierra Cabrera: el inicio entre minas y barrancos
Comenzamos nuestro recorrido por la sierra de Almería en Bédar, un pintoresco pueblo colgado en la Sierra Cabrera. Conocido por su pasado minero, sus casas blancas se asoman a un paisaje de colinas y caminos serpenteantes, perfectos para explorar en coche o bicicleta. Desde aquí, puedes adentrarte hacia Mojácar o continuar hacia pueblos menos transitados.

2. Níjar y Lucainena de las Torres: tradición, arquitectura y paisaje
Al este, Níjar combina artesanía, arquitectura morisca y una cercanía envidiable a Cabo de Gata. Más arriba, Lucainena de las Torres —catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España— ofrece calles empedradas y un paisaje de transición entre desierto y sierra. Su antigua vía minera es ahora una vía verde perfecta para bicicletas o caminatas tranquilas.

3. Felix y Enix: balcones que miran al Mediterráneo
Subiendo desde la costa (Roquetas o Aguadulce), los pueblos de Felix y Enix parecen suspendidos en el tiempo. Con vistas espectaculares al mar y un ambiente de sierra pura, son ideales para rutas cortas pero intensas. La subida desde el nivel del mar es todo un reto para ciclistas.
4. Dalías y Berja: tradición, valles y agua
En el Poniente almeriense, Dalías destaca por su historia religiosa y agrícola. Más adelante, Berja sorprende con su patrimonio romano, sus fuentes y su proximidad a la sierra de Gádor. Desde aquí parten varias rutas hacia la Alpujarra almeriense, ideales para explorar en bicicleta de carretera o a pie.
5. Padules: naturaleza viva entre barrancos y molinos
Este pequeño pueblo de la Alpujarra almeriense se esconde en un entorno de gran belleza natural. El barranco de los Molinos es su joya: un paseo entre agua, sombra y vegetación. Ideal para escapadas suaves, rutas a pie o en bicicleta de nivel medio. Muy accesible desde Alhama o Laujar.

6. Laujar de Andarax y la Alpujarra almeriense
Capital histórica de la Alpujarra, Laujar es un lugar perfecto para hacer base en una de las sierras de Almería con más vegetación. Desde aquí se accede a una red de carreteras secundarias, caminos rurales y senderos que conectan con pueblos como Bayárcal o Paterna del Río. El paisaje es cambiante: viñedos, barrancos, ríos y laderas llenas de castaños. Ideal para rutas de varios días.
7. Ohanes: el balcón del Andarax
Menos conocido pero con vistas que impresionan, Ohanes se alza sobre el valle como un balcón. Sus casas blancas escalonadas, su aire fresco y la tranquilidad lo convierten en un destino perfecto para quienes buscan autenticidad. Las rutas por la zona combinan vistas, desnivel y calma.

8. Serón, Tíjola y el Alto Almanzora: cicloturismo entre encinas
Más al norte, la comarca del Alto Almanzora ofrece paisajes abiertos y montañas cubiertas de encinas. Serón, con su castillo y tradición de embutidos, es un excelente punto de paso. Tíjola, justo al lado, es una base cómoda para explorar zonas como Bacares o Sierro. Naturaleza en estado puro y buen clima.
9. Urrácal: tranquilidad de altura
Pequeño y poco turístico, Urrácal es perfecto para quienes huyen del ruido. Con encanto rural, acceso sencillo desde el norte del Almanzora y rodeado de colinas plagadas de pinos, es un buen punto de partida para rutas en bici suaves o a pie por senderos poco frecuentados. La formación geológica del Estrecho es uno de los tesoros mejor guardados de Almería. Sorprende por su autenticidad.

10. Velefique y la subida al cielo ciclista
Por último, el mítico Velefique, conocido entre ciclistas por su legendario puerto de montaña. Un ascenso de curvas infinitas, vistas de alta montaña y ambiente puro de sierra. El pueblo es pequeño, pero guarda la esencia de lo auténtico. Ideal para quienes buscan rutas exigentes y poco tráfico.

¿Por qué recorrer la Sierra de Almería?
Autenticidad, buena comida y alojamientos con encanto.
Clima perfecto casi todo el año.
Carreteras secundarias tranquilas y en buen estado.
Diversidad de paisajes en pocos kilómetros.