Descubriendo la sierra de Almería: Un viaje por pueblos tranquilos y paisajes de montaña

Última actualización: 11 de junio de 2025

Más allá de sus playas soleadas, Almería guarda un secreto bien protegido: sus montañas. La sierra de Almería surge entre el desierto y el mar, cubierta de pinos, encinas y almendros, salpicada por pueblos blancos llenos de historia, tranquilidad y sabor auténtico. Si buscas una escapada diferente, con rutas escénicas por valles de ensueño y sensación de libertad, esta guía es para ti.


1. Bédar y la Sierra Cabrera: el inicio entre minas y barrancos

Comenzamos nuestro recorrido por la sierra de Almería en Bédar, un pintoresco pueblo colgado en la Sierra Cabrera. Conocido por su pasado minero, sus casas blancas se asoman a un paisaje de colinas y caminos serpenteantes, perfectos para explorar en coche o bicicleta. Desde aquí, puedes adentrarte hacia Mojácar o continuar hacia pueblos menos transitados.

Pueblo de Bédar, en la Sierra de Cabrera-Bédar.
Bédar. Foto: © Marinasdecarboneras / Wikimedia Commons, CC BY-SA 4.0

2. Níjar y Lucainena de las Torres: tradición, arquitectura y paisaje

Al este, Níjar combina artesanía, arquitectura morisca y una cercanía envidiable a Cabo de Gata. Más arriba, Lucainena de las Torres —catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España— ofrece calles empedradas y un paisaje de transición entre desierto y sierra. Su antigua vía minera es ahora una vía verde perfecta para bicicletas o caminatas tranquilas.

Torres de calcinación en Lucainena de las Torres, vestigios del pasado minero integrados en la actual Vía Verde
Lucainena de las Torres. Foto: © Luis Rogelio HM / Wikimedia Commons, CC BY-SA 4.0

3. Felix y Enix: balcones que miran al Mediterráneo

Subiendo desde la costa (Roquetas o Aguadulce), los pueblos de Felix y Enix parecen suspendidos en el tiempo. Con vistas espectaculares al mar y un ambiente de sierra pura, son ideales para rutas cortas pero intensas. La subida desde el nivel del mar es todo un reto para ciclistas.


4. Dalías y Berja: tradición, valles y agua

En el Poniente almeriense, Dalías destaca por su historia religiosa y agrícola. Más adelante, Berja sorprende con su patrimonio romano, sus fuentes y su proximidad a la sierra de Gádor. Desde aquí parten varias rutas hacia la Alpujarra almeriense, ideales para explorar en bicicleta de carretera o a pie.


5. Padules: naturaleza viva entre barrancos y molinos

Este pequeño pueblo de la Alpujarra almeriense se esconde en un entorno de gran belleza natural. El barranco de los Molinos es su joya: un paseo entre agua, sombra y vegetación. Ideal para escapadas suaves, rutas a pie o en bicicleta de nivel medio. Muy accesible desde Alhama o Laujar.

El río Andarax en el paraje de Los Canjorros, dentro del Monumento Natural Canales de Padules
Los Canjorros (Padules). Foto: © Junta de Andalucía / Wiki Commons, CC BY 3.0 ES

6. Laujar de Andarax y la Alpujarra almeriense

Capital histórica de la Alpujarra, Laujar es un lugar perfecto para hacer base en una de las sierras de Almería con más vegetación. Desde aquí se accede a una red de carreteras secundarias, caminos rurales y senderos que conectan con pueblos como Bayárcal o Paterna del Río. El paisaje es cambiante: viñedos, barrancos, ríos y laderas llenas de castaños. Ideal para rutas de varios días.


7. Ohanes: el balcón del Andarax

Menos conocido pero con vistas que impresionan, Ohanes se alza sobre el valle como un balcón. Sus casas blancas escalonadas, su aire fresco y la tranquilidad lo convierten en un destino perfecto para quienes buscan autenticidad. Las rutas por la zona combinan vistas, desnivel y calma.

Vista panorámica del pueblo de Ohanes, encaramado en la ladera sobre el valle del Andarax.
Vista panorámica de Ohanes. Foto: © Krismartin2005 / Wikimedia, CC BY-SA 3.0 ES

8. Serón, Tíjola y el Alto Almanzora: cicloturismo entre encinas

Más al norte, la comarca del Alto Almanzora ofrece paisajes abiertos y montañas cubiertas de encinas. Serón, con su castillo y tradición de embutidos, es un excelente punto de paso. Tíjola, justo al lado, es una base cómoda para explorar zonas como Bacares o Sierro. Naturaleza en estado puro y buen clima.


9. Urrácal: tranquilidad de altura

Pequeño y poco turístico, Urrácal es perfecto para quienes huyen del ruido. Con encanto rural, acceso sencillo desde el norte del Almanzora y rodeado de colinas plagadas de pinos, es un buen punto de partida para rutas en bici suaves o a pie por senderos poco frecuentados. La formación geológica del Estrecho es uno de los tesoros mejor guardados de Almería. Sorprende por su autenticidad.

Estrecho de Urracal, al lado de la Sierra de las Estancias (Almería)

10. Velefique y la subida al cielo ciclista

Por último, el mítico Velefique, conocido entre ciclistas por su legendario puerto de montaña. Un ascenso de curvas infinitas, vistas de alta montaña y ambiente puro de sierra. El pueblo es pequeño, pero guarda la esencia de lo auténtico. Ideal para quienes buscan rutas exigentes y poco tráfico.

Subida al puerto de Velefique en Almería
Velefique, foto de Jean-Frédéric, bajo licencia CC BY 4.0.

¿Por qué recorrer la Sierra de Almería?

Autenticidad, buena comida y alojamientos con encanto.

Clima perfecto casi todo el año.

Carreteras secundarias tranquilas y en buen estado.

Diversidad de paisajes en pocos kilómetros.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio